Morfología y biología
Su ciclo de vida suele ser anual con una única generación al año. Como
otros coleópteros, pasa por las fases de huevo, larva, pupa y adulto. Los
huevos son depositados en el suelo, cerca de las trufas, ya que las larvas
necesitan acceso directo a este hongo para su alimentación y desarrollo
inicial. Son pequeños, miden aproximadamente 0.3-0.5 mm de longitud,
ovalados y de color blanco o amarillento claro, lo cual les permite pasar
desapercibidos en el suelo.
Las larvas tienen un cuerpo cilíndrico,
flexible y algo curvado, lo que les facilita
desplazarse dentro de las trufas. Recién
eclosionadas miden unos 1-2 mm de
longitud, pero pueden llegar a medir hasta
5 mm al final de su desarrollo. Tienen un
color blanquecino o crema al inicio, que se
vuelve más amarillento a medida que
maduran. Causan daños en la trufa al
desgarrar su tejido con sus mandíbulas
La pupa es una fase inmóvil. En esta etapa, el insecto no se alimenta y
permanece inactivo mientras se desarrolla. Es de color crema o marrón
claro y tiene una forma ovalada, pero ya presenta los rudimentos de las
estructuras adultas. A menudo, la pupa se encuentra dentro de una
cápsula hecha en el suelo o en el material orgánico cercano a las trufas
para protegerse durante la metamorfosis.
Al llegar a adulto, este escarabajo mide entre 3 y 5 mm de longitud y tiene
una coloración marrón a canela, lo que facilita su camuflaje en el suelo y
en las trufas. Su cuerpo es compacto y tiene una estructura ovalada,
permitiéndoles desplazarse sin mucha dificultad entre la vegetación y el
suelo. La cabeza es pequeña en proporción al cuerpo y cuenta con ojos
oscuros, que son relativamente grandes para su tamaño. Las antenas son
cortas, en forma de maza, y están adaptadas para percibir señales
químicas, como las feromonas y posiblemente los compuestos volátiles
de las trufas. Al igual que la larva, tiene unas mandíbulas fuertes, capaces de
perforar la superficie de las trufas y otros materiales orgánicos en el suelo.
Daños
Leiodes cinnamomea representa una amenaza importante para los
productores de trufa debido a los daños que causa:
Daños directos en las trufas. Los adultos perforan la superficie
de las trufas mientas las larvas se alimentan de su tejido. Esto
causa la descomposición acelerada del hongo y pueden crear
puntos de entrada para otros patógenos
Cambios en el aroma. Al acelerar la descomposición interna,
se pueden dar alteraciones en la calidad del aroma.
Modificación de la textura. Al destruir las larvas el interior de
las trufas, provocan que la textura se vuelva blanda y menos
consistente.
Perdidas económicas. La reducción de la cantidad y calidad de
las trufas para el mercado afecta directamente a los ingresos
de los productores.